miércoles, 15 de mayo de 2013

Neo-senderismo


Un poema de Inma Page sobre el "campo moderno" que dice todo lo que me hubiese gustado decir, y por lo que me veo absuelta de cumplir con mi parte
 

Se desparraman Quads
las montañas van en bici,
el orujo en térmico envase
sándwich de diseño.

Ropas de pasarela “casual”
sticks plegables apoyan
los vigoréxicos cuerpos,
snobs con guías de viaje.

Geoexcursiones y telesenderos
capturados en el “whatsapp”.

Abandonados quedan
silbidos en barbecho

Capturan trinos de pájaro
para tonos de llamada.

jueves, 9 de mayo de 2013

LO TENGO TODO BAJO CONTROL




Para descorregir mi error destrozaría mi boca,
de aquellos dientes me arrancaría la porcelana y hasta la leche,
prendería el álbum radiográfico que diagnosticó con iatrogénica deslealtad mi equivocada Vocación,

con acariciar el percusor me bastaría.

Engulliría un piano tras otro hasta fundar en mi garganta la nueva Tin Pan Alley,
opositaría a Gato de Cheshire,
a cocodrilo en Nunca Jamás,
mi mano derecha se convertiría en un garfio con que destrozar mi boca,
hasta interrumpirme,

me desgarraría, como en La Isla,

con las verdades que a medias me cuento para poder dormir,
la munición blanco Bata de los barbitúricos a mano,
siempre a mano,
me rompería en fragmentos imposibles,
destrozaría mi boca a prueba de corajudos bruxopatas 

hasta arruinarme

Las vallas de mi silueta esconderían el crimen sin hacer preguntas,
con destino incierto, sin remitente,
en un lugar muy muy lejano recibiría mis restos un Agente Especial,

sería tan romántico,

habría superado la vida en dirección contraria,
me habría vuelto infantil y desobediente
calada hasta el sombrero de amnesia anterógrada a las meninges,
como la niebla ocuparía las mañanas,
anochecer sería el mejor acto de lucidez

mi calavera haría las veces de luna llena.

Al fin mi piel de harapos pujaría por bellas sombras,
le quitaría el bozal a ese mi instinto,
me buscaría otro vientre dónde el hedor a nostalgia no hiciera daño,

pondría otro nombre a mi rifle monosílabo,

empezaría de cero


viernes, 3 de mayo de 2013

imagismo


Jano Bifronte que encara al tiempo
llevas un Kalashnikov prendido a tu sombra
y el otro pie atrapado en a habitación roja,
sientes en moribundo blanco y negro,
solitario y sacro en labios de las turbas,

tú que viajas de bolsillo en bolsillo
aprendiz del amor demente,
gústame del atropello de tu almanaque de rosas,
prométeme a tu boca expatriada,
álzame sobre tus hombros de motor
que amamantan los centauros
lejos de la madrugada eclíptica,

rudo y desalmado,
grillete y llaga viva entre mis pieles,
te quiero de agallas ojos caimán,
te quiero cárnica-valquiria
sin subterfugios.

Mátame si equivocada
dispara ciente y catorce y treinta y dos veces
mi arcabuz desafinado,
si no siembro rutas nuevas sobre el original balasto,
si no rompen mis caderas en ragtime
si no hay olas ambulantes Honky Tonk
ni caravanas,

no me salves,
apalábrame,

montemos pues los ciervos de las tecno-diligencias
(las nuevas espuelas obedecen al instinto)
y libres ya nosotros del Destino Manifiesto
devolvamos alegres a la tierra a los románticos,

enterremoslos


miércoles, 24 de abril de 2013

Fe


Entonces un psiquiatra desconocido nos grita que están locos, 
que no saben lo que hacen, que son peligrosos
(Toño Benavides)

Salieron de los libros,
todos los muchachos que amé dejaron La Caverna,
cuando joven empezaba a descifrar
los crípticos que marcaron a mi generación
con una despiadada equis,

no recuerdo sus nombres,
pero aquellos muchachos, 
todos los muchachos que amé padecían de insomnio,
podría decirse que eran
una copia, de una copia, de una copia…

sufrían, recuerdo, la dolencia que había hecho mella 
en el Existencialismo,
todos esos muchachos, víctimas de la crisis postmoderna,
y me daba igual,
yo era una impostora que hacía el amor con todos,
primera regla:
             mientras me dejaran compartir sus lágrimas,
sus posesiones, las mismas que acababan poseyéndolos,
no eran sus trabajos, 
no eran lo que tenían en los bancos,
no eran sus pantalones de marca,

¡Qué muchachos aquellos!
yo los amé a todos entonces,
fisioculturistas, abogados, predicadores,
músicos, expertos Malogrados, si,
yo amaba sus encías inflamadas
la ira con que Jack les empujaba hacía la deconstrucción,
como se arrojaban al vacío,
como se anudaban la camisa de fuerza,
como se detenían incapaces de construir nada hermoso,
como tocaban fondo,

aquellos hermosos muchachos que se pensaron renacentistas,
que dejé de amar,
porque no se atrevían a incendiar el Amazonas,
ni a volar el crudo de las petrolíferas,
porque mantenían trabajos que detestaban
para poder pagar cosas que no necesitaban,

dejé de amar a esos muchachos
cuando conocí en los libros al hijo bastardo de Walt Whitman,

yo conocí sus meteoros incandescentes,
los papeles firmados por un psiquiatra que decían que estaba loco,
yo contemplé como prendía el cadáver de un dios orgulloso
para bautizarse nihilista,

¡cómo amé tanto a ese muchacho!
el de las sientes amoratadas,
el insurrecto de la sociedad líquida,
la venganza autosatisfecha de Jack,
la perfecta autodestrucción,

cómo amé sus palabras omnívoras,
cómo memoricé cada una de las ocho reglas,
yo le amé hasta reventar los neones de la prosodia,
le amé tanto que glorifiqué sus manos, 
le amé con epifanía pirotécnica,
le amé con un delirio múltiple de personalidad,

yo le amé tanto que hasta aprendí a golpearme,

que tanto amé a ese muchacho
que desde entonces,
todos los muchachos que he amado llevan grabado su nombre,

y lo saben,

porque lo sabe Tyler


lunes, 22 de abril de 2013

Promesa




Te llevas mi corazón en tregua,
la sal que empaña mi pulmón blindado con tuberculosis,
la solitaria historia de mis caricias,

te llevas el mercurio insuficiente,
el pronombre ausencia,
mi furiosa adicción a la tristeza,
mi insaciable adolescencia
dices, piensas,

te llevas mi munición de llaves,
mi estrategia de candados beatnick,
la rueda de repuesto
que ocupa todos mis paréntesis,

sin saberlo explotas la mina del vértigo,
rellenas de sed mis alforjas,
me traes racimos de perlas
y amor en latas de lentejas.

Me repueblas,

de todo lo demás, descreo.

Te llevas mi insomnio prescrito,
lo cambias por la receta futuro incombustible
500 mg vía oral,

manejas mi piel de cerilla
con diligencia pirómana,
quemas mis monstruos
con cal viva,
me enseñas el lenguaje
de las señales de humo,

te llevas las sábanas glaciares,
sacudes mi sueño de pesadillas,
me consientes peleas en público
con sus reconciliaciones violentas,

también me has traído una hija
con nombre de road movie
que ya se parece a ti
y balbucea las consignas
del pacifismo armado,
la quieres eclíptica y furtiva,
como yo,
dices, piensas,

te llevas los bordes más salvajes de mis copas,
la altura más abrupta de mis pasos,
me llevas a pensar que siempre es corto el tiempo,
ese que no siempre alcanzo,

le restas certeza a todos mis dogmas,
me juras que las chicas más bonitas
son las que han leído a Barry Gifford,

re ordenas las coordenadas del desorden,

primero me haces Diosa Fortuna,
después bálsamo de Fierabrás,

colectas con paciencia las tormentas
que asolan mi esternón,

ríes y me haces reír,
vives y me haces viviente,

te llevas el presidio de los retrovisores,
la rueca de los pinchazos,
me proteges como las monedas antiguas
que guardan las fuentes,
lo haces todo más fácil,

todo lo que soy
acaba siendo tuyo:
mi vientre enquistado de vacío
mis ojos viciados de cura,
mis arrebatos,

me aceptas así,
arrebatadora

te llevas mi cajas curtidas
de pretérito anterior
y en su lugar has conjugado un nenúfar
de presente perfecto
y futuro infinito

es verdad,
amor mío,
tú que has derribado las leyes del infierno,
tú me haces creer
que los veintiuno son la edad perfecta
para resucitar muertos,

tú te llevas un año y nueve meses de mi vida,
pero pienso devolverte
al menos nueve vidas
y reescribir con ellas
la Historia Interminable
con que compensarte,

una historia de esas que no dejan
morir a los vivos,
de esas que siempre empiezan
por el amor imprudente,

por el irremediable Nosotros

miércoles, 10 de abril de 2013

LXXIX



Torna tierra el bocado que no brinda la MADRE
(César Vallejo)

Desmemoriada y descalza
solía sobre el fuego
sin cigarrillos prenderme,

como tungsteno ardiente
yo me recuerdo interrogante,
quién estrellaba las copas
se define vehemente
con vocación de llenar
de estrellas rotas
el suelo recién cortado.

Humana, más que humana pequeña,
creyendo saber de mí
y con mucho miedo a la ducha,
barro que siente euforia de ser barro
por temor a desgastar el aliento
de mi madre recién nacida,
como escondiéndome.

Haciendo estragos entre mis pliegues
la inexorable goma II de la distancia
desdoblándose caleidoscópica a cada paso
entre las arrugas que empezarán
a poblar mi frente.

Hoy sin dios,
mañana otra tierra,
pero a fiebre,
mordiéndome a dentellas
los tobillos calcáreos de mis cuentos,
sin lobo,
pero con caries

 avocada al 5 a 2 de la semana,
infecto de agujas mi inocente reloj de arena,

adulta,
así,
tan de repente