sábado, 28 de noviembre de 2009

Palabras



Los finos rayos se abren pasos de tranquilidad, vuelo en notas de violín a un espacio suave que sabe a mar. Suenan voces conocidas y latidos de un corazón, la palabra vida entierra unas cenizas y siento que vuelvo. Piedras redondas forman un camino que me llevan a ti mientras arranco flores de un jardín virgen, se abren claros en un lienzo azul con estrella propia. Solo existe lo divino en este momento, solo existe tu aliento. El día hoy no acaba y la barca será amarrada hasta que me vaya, no me hagas perder este momento que el alba ha llegado. Me encanta tu agua.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Una página más


Cada día que pasa una página más está escrita, casi sin darme cuenta voy acabando libros y más libros, y me sorprendo que el tiempo vuela y vuelve que extraño es todo esto de explicar. Revivo todas muchas veces, me encantaría volver a verte.


Me subo a un árbol que ha crecido conmigo, los dos ya estamos más crecidos a él lo llaman el árbol de la vida pero en cambio yo sigo siendo aquel mismo de antes, a lo lejos que queda esa roquita del mediterráneo, que solo yo se que los almendros no están hechos de nieve sino que son flores, que me encanta ser un árbol y me encanta que tú seas mi amanecer, sigue pasando el tiempo y no puedo dejar de mirarte y asombrarme a cada rato con tu pelo.


Que la noche es la mitad de nuestra vida, y dicen que es la mejor así que no te lo pienses y prendamos fuego. Tienes forma de melodía, de una música suave que me envuelve y me enloquece, cojamos ese tren y veamos todo que no queda tiempo, quiero que salgas en mis libros y en mis páginas. Quiero que seas tiempo y mi noche.


yo quería ser Jazz


Hace horas que afino escalofríos
que me templan las vértebras
como parpadeos intermitentes,
no son neones,
un reguero de estrellas plateadas
brilla incandescente
en la hendidura de la memoria:
latido diurno de asfalto
+
un sol que ciega en Paradise City
detrás de una luna muerta
rasgada de horizontes que siempre
terminan en azul.
No entiendo nada
más allá de que estamos
es primera persona del plural.
Así que podría haber diez mil fábricas
de pólvora negra explotando simultáneamente,
llenarme los bolsillos de cadáveres,
crisis, pandemias
o paz en la franja de Gaza,
me hubiera dado igual
sólo pensaba en evitar distancias
en el fondo de sus ojos...
el mundo estaba perdido y olvidado

como dos objetos surrealistas
demostrando una reencontré azorada,
sopesé amenazante la ausencia de palabras,
el silencio improvisaba
poesía transgresora
en un aforo limitado,
íntimo,
no distingo obscenidad de sinceridad...
sin rumbo concreto
caminamos contra el tiempo,
se hablaba a sí mimo
sus ojos esquivos quedaban suspendidos
como brasas en sus cuencas,
sin mirarme,
sin mirarnos,
nervios palpitantes,
¡quería reír! ¡quería llorar!
quemarnos vivos en la parte de atrás...
Si, el mundo no tenía existencia
y estabamos vestidos de incomprensible soledad,
vendados,
pensé más tarde,

mantuve el equilibrio
a punto de perderme en su aliento
no,
No,
NO,
ominoso conjuro que me había
narcotizado la vida,
aturdido y acobardado las caricias,
delimitándome cercana,
lascivamente hipocondríaca
a punto de la felicidad
como suele pasarnos
a los abonados al casi,
entonces
entre el todo y el nada
fluctuaba un éxtasis ascendente
que me paralizó como los vapores de una droga,

se fue
.

Con el corazón desviado tome el camino de vuelta,
todavía no había leído que “todo es camino de ida”
y no encontré palabras para decir adiós.
Cada cual acompañado de su propia música
interpretó su despedida.
Regresé al Bukowski
tambaleante de frío
y brinde con Inés
por la inmortalidad de los soñadores
y la realización de los sueños,
discutí un poco con la luna
un poco borracha quizás,
con la sonrisa magullada quizás,
leímos en voz alta pasajes de Ginsberg
y así nos redimíamos
de un anhelo insoportable
o quizás no,
los músicos de jazz
se abandonaban al espejo de la noche
para arder en un incendio sin fondo...
llegarían a casa
y le harían el amor a sus negras
obsesionados con sus cuerpos
de pantera,
cuando hubiesen perdido
las facultades mentales
explotarían en su matriz
desbordándolas de semen, sudor y swing
todo resumido a ellas,
porque eran de ellas totalmente,

... pero yo estaba en la calle
tambaleante de frío,
reclamaba un cóctel de barbitúricos
mientras él probablemente
mantenía un sensual diálogo con la arena,
a través de Marilyn,

quería follar con él hasta la parálisis

domingo, 15 de noviembre de 2009

tic-tac


Basta con que evoque su ausencia
para que el mundo se vuelva un lugar hostil
y necesite todas esas canciones de amor
o un par de ostias en el preciso momento.
Acepto humillada la derrota de otro lunes,
disfrazado de insoportable desidia,
¡qué vamos a hacer!
la carne es débil si,
pero dime tú como engañas a la mente...
Por eso Tiempo
TE TENGO CALADO
y tus tretas me las sé bien,
no hay tregua desinteresada,
y por eso y por todo lo demás pienso aprovecharme de ti,
exprimirte
y beberme la vida a tu salud,
así que deja de arrastrarte salmodiando
la maldita cuenta atrás,
ranqueando la decadencia del sol
y empieza a hacer tonterías,
date la vuelta, atrásate, ponte así,
repítelo,
después párate un rato bajo sus manos de fonendoscopio,
p á r a t e ,
y como entonces te atrevas a estirar las manecillas
bang!!! Disparo!
... si a mí también me pasa
(por eso me quejo)

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Para ti capo!


Me acuerdo de un amigo, de ese que esta tan lejos, agarra una guitarra y toca de manera fría esos acordes que antes juntos cantábamos. Me encantaba sentarme junto a él y esa melodía, pasábamos horas y yo le seguía con mi voz. A veces éramos mas los que compartíamos esas noches, solos a lo lejos de todo el mundo nos sentábamos bajo una luna gigante y hablábamos sin horario, con la mente en blanco esperando de nuevo esas notas de siempre. Ahora me cuentas cosas y me alegro, escucho como un desconocido todo aquello que antes compartíamos pero créeme que todo aquello que vivimos lo volveremos a hacer, os subiréis en ese mágico coche y nos perderemos en la luna, en la arena y en los sueños.


Todo esto que me he callado te lo mereces, no hay día que no me acuerde de ti porque amigos como tu aun no he conocido a ninguno. Espérame.


Fdo.: tu amigo Pepe


jueves, 5 de noviembre de 2009

Confesión



El mundo empezó a dar vueltas
frenéticamente,
hubo una vez que creí que follar
tenía que ver con el amor:
el amor carnal, quizá.
Para entonces
parecía que iba a dejar de marearme
cada vez que uno de esos hijos de puta
me la clavaba
hasta el fondo,
creía en el dolor
que producía el placer
mientras todo se desordenaba
armoniosamente a ciegas,
mesas cojas,
teléfonos descolgados,
perfecta incomunicación,
lluvia negra casi transparente
y dedos
adheridos a las curvas
de mi espalda
arrastrando las consecuencias
de siempre:
actos (im)puros
que ensucian de remordimiento
el jodido amor.
El problema
(o la suerte)
es que no había conocido
un pasado mejor,
para hablar
de las ruinas humeantes
que deja un puto No de labios
de un hombre, o de una mujer,
la ausencia de monosílabos
todavía me aniquila...
aunque vuele con alas
de tequila barato
alcanzaré sus manos,
después de arder
y reducirlo todo a un campo de rastrojos,
antes de la última envestida,
seremos cenizas
sofocadas y candentes,
cómo dos leños
sujetos a las raíces de una tierra
que no nos pertenece
esperaremos el hacha
con la alegría de los locos
(a veces olvido que el mundo
es un lugar lleno de fantasmas tristes)
supongo que se me llenan los ojos
de rabia cuando tropiezo
con ciertas realidades,
como cuando me impiden que lo haga,
le patearía las espinillas
hasta que el calor le abrasará las entrañas,
y me invitará al infierno
de su cuerpo de pecado,
le ladraría desvaríos
hasta que me partiera los labios,
y de su puño y lengua,
me escribiese
versos con los hilos de sangre
que recojan sus dientes,
o me escribiese canciones,
o un himno de paz
sin tregua
desde la nuca hasta los talones,
... que me arañen todos
esos gatos acústicos
que terminen sus solos todos esos músicos
que no conozco
si después
me va a dejar joderle por el placer de joder,
si yo también voy a dejarme...
si yo también voy a prenderme
un puñado de estrellas
entre las piernas
que simulen el cielo
de una noche de agosto,
pero eterna,
que yo también quiero ir con él
a la luna,
y a Agra, y a Nepal,
y a donde nos lleven los vientos Alisios
o un par de canutos de hierba.
Me estoy colgando
del hombre más increíble
de la tierra...
y sólo soy capaz
de pensar en
acariciarle la espalda
como se acarician los costados
de un león
...
espero que me devore.

¡Qué soy una enferma
ansiosa de amor!
o la ninfómana que dijo tu madre
complaciente y nunca realizada,
o simple suicida,
esclava de un pasado trágico,
soñadora de un ideal imposible,
romántica, enemiga de Bécquer,
irreverente, idiota,
profundamenteCrédulaYconfiada,
en fin,
abandonada sin reservas
a los placeres supremos
de la insensatez
y la utopía,
que quiero que me enseñe
el sitio donde teje sus sueños,
donde escribe sus inquietudes,
para besarlo
en silencio.
Que casi le pierdo...
que he llorado como una niña
por eso,
y no se lo he dicho,
que también se me hace un nudo en pecho
cuando después de decirnos todo
le desvío la mirada
y me maldigo
por quererle como en las canciones
y callarme como las putas.
Que le entiendo de sobra
cuando me toca desde lejos
y le rechazo rabiosa...
que le entiendo de sobra
cuando echa de menos su casa,
sus olas, su madre,
cuando odie las calles
a las que siento que pertenezco
y las que no,
que creo en él
más de lo que imagina.

Hubo un día que perdí
la vergüenza
en el atril de un bar,
además del abrigo
y la piel de nylon de las rodillas,
antes
había perdido la inocencia
en los brazos de caras anónimas
que fueron diluyéndose
al fondo de vasos
siempre medio vacíos,
perdí el interés,
“creí que follar tenía
algo que ver con el amor”
(bis)
hace poco que
me reencontré con todos los sueños perdidos,
que el sol aún calentaba
a los varados en las aceras,
que me había citado con él perfecto desconocido
que de la noche a la mañana
me hizo dudar
si mi ciudad
era la que se describe en el génesis
hace minutos que pienso retarle a comprobarlo
como se hacía en el cuadrilátero
cuando los boxeadores no usaban guantes,
asaltos ilimitados,
tiempos muertos
para calmar las heridas
y tú,
Jake la Motta,
y yo,
Vickie Thailer,
buscando en el ring la manera
de abrirnos paso
a la
belleza de la realidad,
sin ideales
a golpes
como la vida misma