miércoles, 27 de noviembre de 2013

Noche de la iguana

Huir, como si quemara la sombra, huir
Marçal Font 


Noche de la iguana colina abajo la jungla se abre de par en par como templo abandonado
algo perdido en las entrañas de Angkor Wat,
abro mi mapa de carreteras
repaso con los dedos la serranía de Catherine
La sota tuerta,

cada noche se me caen las montañas encima
y cada mañana quiero ahogarme en los Grandes Lagos
poseer sus cráneos de contornos criminales
hospedarme en habitaciones de muebles tristísimos
- pero sal de la trinchera     muchacha, la guerra ya terminó-
afuera aguarda el atardecer fracasado de esta ciudad tomada por el cautiverio de los graznidos de cuervos entrecortados
los himnos a la deconstrucción
los fracasos amortiguados en alcoholes
las ratoneras desvencijadas de versos donantes habitados por las turbas tristes.
Tristes.

Yo busco turquesas entre las ruinas, yo busco Monstruos Perfectos
y huele a magnolias en todas partes como una roja venganza de terciopelo siento la misma descorazonada sed
la respiración pesada de este rosario letiánico como un incendio lejano
leves símbolos de domesticidad que terminan en océanos de campos roturados
subsistir del ingenio nos hace desarrollar talentos comunes

mas yo busco en Él mi Ínsula de Barataria mi propia Muerte en Venecia el Río Rojo que ilumine mi trayectoria con júbilo
escapar del presidio que domina el alrededor de cadáveres estrangulados en los márgenes de las novelas

¡Marchémonos amor mío!
compraremos una gasolinera al final del camino
y seremos la última oportunidad de llenar el depósito de los que huyen para encontrarse
construiremos un hogar con los cantos rodados de las cunetas a orillas del Gran Hotel del norte
qué felicidad de lilas tus ojos capaces de labrar millones de hectáreas

no diremos adiós a las armas, lameré la pólvora de hasta tus huellas
tus remaches
el nácar de los cañones también
si me haces del hampa una vestal
si el áspid en el pecho de Cleopatra

si quieres, anúdame las crines con metadona

tallaremos de uranio palabras preciosas entre hordas de reptiles silentes nos amaremos
tras el mero decorado,
antes que se levante el telón y sólo revele hogueras


y horcas


miércoles, 20 de noviembre de 2013

::ALPISTE PARA CUERVOS II:: SAB 23 - 21.00h -





ALPISTE PARA CUERVOS II

recital de poesía

CASA DEL BARRIO -AVDA. CARABANCHEL ALTO 64
Entrada libre - "Como el viento"



la gente del rincón del poeta del foro de Extremoduro (oficial) 

ESTE SÁBADO planearán sobre tu cabeza ...

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Dormirse al volante



Atravesarás las llanuras del psique en las granjas avícolas a ras de ventanillas opacas en el camino
la vorágine se postrará ínclita para recibir tus huesos de Perseguidor destronado mientras brama flemática la tierra apócrifa
y cuando al amanecer se abran las tumbas y otro invierno interminable mude su piel de gumbo y yuca y espárzase tiránica la negrura
entonces arderá la yesca
esquelético ágape será esta hazaña esta catástrofe y todo todo por cuatro céntimos
Al tiempo las águilas devorarán tus raíces Cíclopes borrarán tus huellas las astillas de Tampa
tu ánima ensanchará en los páramos de Utah
serás cómplice de asesinato de vuelta a Columbine a Denver a Virginia
en Baltimore dinamitarán tus huesos
tendrás miedo
Vagarás errático por sombras tártaras en las calles de Ciudad Juárez tres veces oscura caerá sobre ti la Noche de Maupassant incólume tras los barrotes del infierno en Lurigancho madriguera de navajas que sólo la espalda acuña gritarás
gritarás en Gran Cañón
pero te responderá el silencio
pues el eco te abandonará también
así que probarás suerte en la batimetría creerás en el Imperio Atlante y juntarás tus pieles con mujeres de fábulas extraordinarias en la laguna REM del coma
lamerás sus sienes cósmicas sus cabellos como armas ligeras de repetición
mas nunca alcanzarás sus cimas
Marcharás neumático sembrando églogas oníricas en el asiento de atrás de la vida borracho de vino tino y con una 410 en el regazo fumando Camel a través de eléctricas tormentas en Dakota del Sur
con los ojos abrigados de zahones de piel de pony blanco y negro
con los ojos ardiendo en boogaloos pre-bop al son de viejas baladas folkies sobre la paz
bajo la atenta mirada de vallas publicitarias gigantescas con caras de estrellas de cine relucientes mientras huyen de explosiones mientras caen por un espacio en blanco
con los ojos de expertos francotiradores          congelados
y cuando los vapores de la escarcha acechen los brotes del maíz ya sesgado
con los ojos pegados a relatos de postas de caballos y el narcotráfico flotando en tu cabeza como un letrero fluorescente que indique el próximo desvío
despegarás a reacción sin rumbo fijo convoy giróvago
comprenderás que el viaje tendrá un final sin absoluciones y te lo jugarás todo en manos del Black Jack apostando a la rueda un nuevo Silent Hill
deshabitado
y lo aceptarás
lo aceptarás como si formara parte del credo luterano
con los ojos polvorientos del Old Dominion devuelto a los buffets de bacalao noruego de la Iglesia Protestante en Mineápolis
muerto pero no bastante
entre sónares de las sirenas que trashuman su minoría de edad en las ambulancias del estado de Nuevo México tu mujer se arrojará Dolorosa en brazos de la santería
lejos pero no lo suficiente
donde los coyotes adolecen de frío en un Oeste gélido y áspero
¡Ah, Yahvé qué día sembraste de plagas los cactus indios!
crucificadas tus manos aún conservan los estigmas de este pueblo trigémino
hoy sarnosas ortigas camuflan tanto hedor a pérdida
y entre los fogones de veinte restaurantes criollos también deambulan anacrónicos los lugareños errantes que como tú tienen la sangre morada de los disparos también tienen el pecho corroído por los cangrejos del Nuevo Mundo

la velocidad te tratará a su manera kilometrando los márgenes del destino
fe hermano

“Una mañana de noviembre el Ángel comenzará por mudar sus plumas (…)




jueves, 7 de noviembre de 2013

Doppelgänger



      Mudé las ces por un diastema el día de mi primera comunión,
después rompí todos los álbumes que probaban como me atragantaba con dios cada domingo,
-créeme, debe ser emocionante pensar que te tragan vivo,-
no sabía que era judía y tenía la boca llena de sangre,
¡piedad!
sea dádiva para el jaguar esta rabia, esta limosna.

Nací de un parto de gules
las llamas prendieron en mi memoria tantas veces el Santuario,
hacía un frío que secaba la lluvia hasta tornarla arena
-Yo no quiero ser un baul de coyotes –
decía,
quise a hombres, montaraces, rednecks de Stetson de fieltro
mi vida ha sido un swing gobernada por el dios de los trileros,
una partida de pinball en la que siempre faltan monedas.

-Tengo una reserva de camaleones donde las agallas y una torpeza para el compás
que me excluye del baile pero me posterga a la autopista-

cedían las gomas de la mascara
y ¡ah! esta bata…
esta bata a la que le couelgan los hilos del poema por todas partes,
tiré de ellos para aliviar mis costuras,
para escapar a Dixie
y atravesar la Facultad pendiente de lianas-auxilio
-soy un aserradero de palabras-centauro
un escaparate de nostalgias
una caja de pirotecnia de segunda mano,
una partida de alter-egos que sólo resta
una impaciente-

-a la gente que conozco le basta una bilocación para empezar a medicarse-

y me di cuenta tarde,
con la resignación de los damnificados que ha dejado el cine Western,
en esta, la otra orilla,
desde aquí rezo a los epitafios de mujeres-quimeras que yacen en el pantano de mis fetiches,
les robo sus nombres con vehemencia
como si así pudiera sorberles la savia aspiro los mismos cigarrillos que Lula, Perdita, Perla, Mallory, Ava, etc…

y es que yo no tengo un muerto en Sinaloa,
un marido en la cárcel que desconoce a su hijo,
¡ni siquiera me he acostado con un hombre que se excite con los aerosoles
!
soy una farsante, una tramposa, una muchacha-ficción
que intenta salvarse como puede de la tosquedad de su suerte,

penitencia para esta sierva sin más muertos encima
que un James Dean Gigante bebiendo Pepsi al Este del Edén
que un Jim Morrison probando el calibre de su horca ardiendo mesiánico como si lava llamase a lava,
piedad conmigo misma
efigies de este siglo,
escritores, compañeros:


-No se inyecten Metedrina, por favor-