jueves, 26 de marzo de 2009

Licencias de musas borrachas


Esta ciudad me mira con tus ojos,
vuelve sus pasos en argepios de nostalgia castellana
y nobleza griega
me recuerda a Machado y otros dioses de la tierra,

y sin embargo sigo pensando que
la noche es más para ti
y parece como si a las luces les sonrojase tu presencia
y se esconden vergonzosas para mirarte de cerca

y tú,
felino de mirada perfilada,
te escurres silencioso
entre alaridos de paz, ...suspiras
le brindas una ronda a la luna que te ausculta,
y ahora si que sobran luces
porque todo lo llenas
tú,

evocas a Poe y a Byron
y al ritmo de tus pestañas
bebes,
(por ti hoy) debajo de un manto de estrellas fundidas
entiendes,
la civilización prohibida en las fauces de Madrid,
bebes,
y la vida vuelve a meternos mano,
entiendes,
y el cigarro se consume
en el abismo de una alcantarilla seca,
entiendo
que quiero viajar a París contigo
liarnos unos canutos en la tumba del maestro,
bebo...

y sigo pensando que esta ciudad me mira con tus ojos,
desde la decadencia de corazones anestesiados,
desde los mercados del sexo de plata,
desde estatuas inmortales alfombradas de pipas y tambores,
desde camellos latinos
que cabalgan sirenas a la salida del sol...
me mira con tus ojos
sí,

me arrulla con tus manos
cuando lo que te mueve es la vida
y arqueas la cadera
para empaparme de ti
entendiendo que
la belleza del silencio
a ti se te queda pequeña
si tus labios, caramelos,
me devuelven
pensamientos
y vapores amarillos
de atardeceres de izquierdas
sin banderas
alrededor de la hoguera
del desamor,
del deseo,
de las canciones de Dylan
del temblor del primer beso,
quizás aprenda a mirar como lo hace esta ciudad,
quizás me apliquen la ley innata
de momento necesito otra calada,
yo que vivo...

en esta ciudad me mira con tus ojos
me retuerce con tus maullidos de vodka y cine mudo,
me deja añorando los acordes de tu risa
antes de que me de cuenta,
mientras,
te dejo todas mis eñes
dos centímetros por debajo del cuello

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