domingo, 9 de septiembre de 2012

en el Sur no hay vírgenes



A Jack , Chuck & Barry, por darme tanto , tanto, tanto


Ariadna tiró del hilo
una noche de agosto estrellado,
no sé si le picaba tanto
más el vestido
o la goma de las bragas,
pero cansada de tantos rezos
a San Pancracio & la Virgen de la Fortuna
se apretó las ligas
al tiempo que desclavó
sus manos de la cruz
que tanto le pesaba,
desenfundó un viejo Colt 9,
herencia del reciente cadáver
de un jazzman
que pactó con el mismo diablo
una muerte de gramófono,
& acogiéndose
a la protección de todos sus nahuas
se borró las lágrimas en los ojos
con el vidrio de una botella de agave azul,
& descerrajó en el corazón
de su prometido tres balas:

en el nombre del padre

del hijo

& del espíritu santo,

Esa noche de agosto estrellado
cuando llegó a casa
brindó con un Old Fitzgerald de 15 años,
recuerdo del último secuestro en Kentucky,
se desnudó de cara al espejo
& después de masturbarse
con la imagen de Robert Mitchum
en La noche del cazador
entonando el célebre Leaning Leaning
hasta durmió tranquila,
no pensó nada más.
A la mañana siguiente
un flamante Chevrolet Malibú del 65
aparcó frente a su apartamento
a las 7.43,
Cord Cuervo, natural de Cabo San Lucas,
hijo de un célebre
corredor de apuestas de Obregón
& de la popular telepredicadora
Cassie Esperanza Refrito, inmigrante en Oklahoma,
se alisó su  impecable traje beige
de raya diplomática,
encendió el primer Paul Mall del día
& esperó,
pendiente de que Ariadna
no cayera en que cada día
le faltaba más pelo,
que él disimulaba bajo
un elegante Stetson marrón.
A las 7.53, la señorita
salió del 32 de la calle Amanecer Ballenas,
tras unas enormes gafas de sol
& una sugerente falda lápiz rojo intenso
que acentuaba sus curvas
de mujer puñal,
tal cómo habían acordado.
Cuervo la besó timidamente en los labios
al tiempo que abría la puerta del auto,
sólo dijo:
-         ¿Has traído lo de Santos? –
a lo que ella sonriendo respondió
señalando su Birkin de Hermes
de cocodrilo del Nilo.
Arrancaron
levantando una polvareda
sobre los coletazos del verano
en Rancho Cerro Colorado
& tomando la carretera Federal 19
a Bahía de Concepción
fueron dejando atrás la BC
digno lecho para indios
& amantes pobres,
en el coche música country,
tarareaban canciones de
Dolly Parton & Bill Monroe
entre los secaderos de tabaco
que enmarcaban los andenes,
Ariadna era feliz así,
¿Qué futuro podía ofrecerle un
humilde jardinero de Todos Santos?
en realidad ella pensaba
haberle hecho un favor,
siguió tarareando
al tiempo que se agachaba
sobre el regazo de Cuervo,
& se repasaba los labios
cómo a él le gustaba,
- chica lista Ariadna -
Llevaba a cuestas tanta violencia
que a veces hasta le
sangraban los sueños,

pero sabía cómo tratar a cada hombre

& éste tenía el dólar sujeto por la cola,
& eso es más eficaz
que una ametralladora.

1 comentario:

  1. Fabulosa recreación, Blankita!
    No me canso de repasarla, fotograma a fotograma.
    Permíteme que te sugiera pasarlo a prosa. Hay ideas que piden continuidad sin perder fuerza por ello. Así se hace algo difícil de seguir y se desmadeja el hilo de la historia con alguna facilidad.
    Por lo demás, sublime, como de costumbre.
    Te sufro, en silencio.

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gules