Maniatado el conejo blanco,
ocho horas al día,
cuarenta a la semana
a la patita de una mesa sueca,
maratoniano y ansioso el conejo blanco
siempre a punto de partir
y con ese miedo
tan suyo
al tempus fugit,
loco no,
reloco el conejo blanco,
que no le llegan,
¡ay! Que al minutero le faltan horas,
que a la cama espacio,
inocente y pequeño el conejo blanco,
con ese reloj tan grande
del que penden cuartos muertos,
que se queda sin cuerda
cinco días a la semana,
pobrecito conejo blanco
asustado y enfrentado
cada semana a la horca,
que le atrapa tantas horas
en la cepa de un mundo hostil,
y yo que siempre le tardo
en desactivar la trampa,
diplomática tortuga,
con la casa siempre a cuestas,
tonta! tonta! más que tonta!
y lloro,
por si no llega,
por si el conejo se estanca,
por si se pierde y no salta,
por que envejezca, se rompa,
por que me olvide entre tantas
encuentre al genio del tiempo
y le descuelgue del tedio
vuelva la Alicia
del cuento
y le traiga noches blancas
por mi culpa
por mi culpa
por mi grandísima culpa
No hay comentarios:
Publicar un comentario
gules