martes, 21 de abril de 2009

recuerdos de rubio platónico


Es inevitable regresar a aquellos lugares
donde la mezcla de esencia y piel
se funde en cóctel de felicidad afrutada,
lo es,
como los viejos libros que reservas para el final,
que cuando los acabas sabes que volverás
aunque no les pongas fecha,
sitios especiales,
porque aunque tú los necesitas
ellos son sabios esperadores y esperanzadores,
no te presionan ni agitan
están ahí, esperando
y mientras viven,
viven y crecen,
crecen y se reproducen,
se reproducen y se adaptan
para seguir viviendo,
y así eternamente...
podemos identificarnos con ellos,
sólo que nuestro paso por la vida
es fugaz y cuenta atrás,

yo he tenido mucha suerte,
mi sitio es la ciudad más bonita de mi puto mundo
me gusta empaparme de sus gentes,
me gustan sus comercios,
sus atascos, sus obras,
sus terrazas, sus chinos,
sus olores, sus prisas
me gusta
si,

pero últimamente el asfalto
no me moja de la misma manera,
y aunque seguía descalzándome
como solía soñar,
las aceras no eran de arena
y me ensuciaban los pies,
la lluvia me salpicaba las rodillas,
los charcos se reflejaban en los pasos de cebra

últimamente se mudó el mar
de los tarros que había coleccionado,
no pude impedírselo
“es ley de vida”, “es algo natural”,
pero la sequía del laberinto urbano
me deja sedienta,
para que fingir,
... le echo mucho de menos

y es que últimamente
he buscado en los bolsillos restos de escamas azules
y solo encontré billetes de metro,
he viajado así desde Colombia hasta República Argentina,
desde Islas Filipinas hasta San Francisco,
desde La Latina a Ibiza
y he vuelto a ahogarme en el mar de edificios
que circundan el parque del Retiro,
he vuelto a bajarme en la isla interurbana
y a fantasear con navíos
que surcaban travesías de gris y sal
hasta donde las olas desdibujan
las lenguas de tierra
para besar las estrellas
que iluminan las entrañas del origen de la vida

últimamente todo es tan distinto,
últimamente es como si todo esto ya lo hubiera vivido
- Que es un ciclo Kaotica, ya te vale...
pero me he dejado tantas letras ensartadas allí
que es inevitable desear volver,
acariciar sus manos,
querer enredarme en su pelo,
llenarme los labios de rubio,
pintarme los ojos de azul,
volver a la calma de su respiración,
perderme entre sus brazos
(- joder Kaotica, jodida manía! - - me dirán si digo - - )
que me dejo llevar
si,
que el latido es subjetivo
si,
que soy obscena y descará´
si,
pero a veces me derrota
no poder “echarte un kiki”
porque rubio,
no es manía,
es el maldito amor
que experimenté tus días,
es inevitable,
es necesidad,
es poesía
no me lo tengas en cuenta
... a veces es inevitable

últimamente paso de despedidas,
mi última con las olas,
ni trágica, ni violenta,
natural aunque no por ello menos dolorosa,
imposible definir la posición exacta del horizonte,
siempre quiero pensar
que mucho más lejos de ti,
inevitables las huellas que deja todo esto en el cuerpo,
lo bello es que
me has dejado dos en las comisuras de los labios,
por eso cuando te pienso
se me dibuja una sonrisa de mar en la boca,
a veces
se me humedecen los ojos,
creo que es cuando hay tormenta allí
y el mar se desborda un poco
y se sale,
me deja las mejillas saladas

últimamente no dormía contigo,
y añoraba los paseos nocturnos
por las costas de lo subconsciente,
es inevitable,
cogeré el primer metro (el de las 06.00)
antes de que los primeros rayos de luz
empañen tu mirada
y me nublen la vista,
Madrid me vuelve a regalar
blues sin domesticar
para que sienta que me necesita,


prometo que volveré,

me ha dicho una sirena
que es inevitable,
que es necesidad,que es algo más que poesía

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