Te conocí después de que un invierno duro, había llovido durante meses y una voz me dijo que no tuviera miedo, que era momento de salir y que confiara en ella. Le hice caso, baje las desgastadas escaleras en forma de caracol, y intente abrir una puerta que había sufrido aquella pesadilla de invierno.
El jardín seguía igual pero en el centro encontré algo diferente. Un caballete en el cual reposaba un blanco lienzo dispuesto a ser maltratado por mi, y un maletín con todo lo necesario para pintar todo aquello que había soñado después de mucho tiempo sin ver el sol. La situación sonaba divertida después de tanto tiempo, podría desatar mis emociones.
Te vi enfrente mía, nunca te había visto sobre aquel jardín, estabas tranquila y callada, alguna vez había visto aquellos oscuros ojos mezclarse con el azul de los míos, y así hice... cogí la paleta junto a un pincel y te pinté, te pinté como te soñaba, disimulabas tu vergüenza ante mi mirada de artista principiante, te gustaba que te mirara y a mí me gustaba pintarte. A partir de aquel día te pedí que te quedaras a mi lado.
" Cuando quieres realmente una cosa, todo el universo conspira para ayudarte a conseguirla"
P. Coelho
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