viernes, 7 de diciembre de 2012

My one and only love



Las comparaciones con Sasha Grey son odiosas,
más cuando vienen de tu propio novio,
a Montoya, por bocazas,vulgar y limitado,
y a mi orgullo de hembra herido


Si alguna vez creí en el viaje al Paraíso en la tierra,
fue a sabiendas de que
corría el riesgo de ser expulsada de Él,

(el folleto no especificaba que la salida de incendios
daba a un motel destartalado
dónde nadie puede quererse)

Mi cuerpo era un polígono peligroso
por él que merodeaban hambrientas las ratas
que devoraron con codicia religiosa
a todos los hermosos caballos

la bala que me mató,
fue sólo la primera copa:

El canto de cisne de Sera:

Soprendida por las luces que
a media tarde cubrían la ciudad de fluorescentes,
y ciega,
permití ignorante
que el parpadeo de neones sustituyera
el guiño bronce del sol-rey cada tarde.

Me metí hasta en sus intestinos
y diámbula,
(porque en Las Vegas hablar de día y noche
es mero protocolo),
desvestí a mi personaje de dureza y compasión,
prendí fuego a la memoria de desencuentros
bajo el tañido de una vieja campana
y golpeando duro en el mismo lugar dónde ya habían golpeado otros,
me alejé  a medio galope de esas raíces agónicas
bajo las cruces negras de los viejos postes telegráficos
que se acoplaban a través
de las constelaciones del zodiaco

distintos collares de estrellas para el mismo perro.

No,
yo no fui a Las Vegas
a matarme bebiendo,

corrí a Las Vegas por ti,
y cuando el viento estaba en el norte
todavía podía oír a mis caballos,
y el aliento de mis caballos
y los cascos de mis caballos
y las herraduras de cuero sin curtir
pateando mi historia y todo el recuerdo
como un grial devaluado,

dejé la suma de mis vidas, seculares
transitorias, violentas,
hice promesas de sangre,
redimibles sólo con sangre,

yo no vine a Las Vegas
a matarme bebiendo,

yo he venido a brindar por ti,
a saquear casinos,
a erigir infiernos al rozarnos
a saciar mi instinto tragaperras

no, Ben,
no te equivoques,
porque repito,
no he venido a Las Vegas
a matarme bebiendo
ni a mamártela como una actriz,

eso es tan corriente en estas calles …

no he venido a Las Vegas a follar contigo,
he venido a trascender
más allá de las vulgares amazonas
con quienes los solitarios se masturban,

eso es tan común en estas fiestas…

pero yo no vine a morir en Las Vegas,
vine a celebrar contigo
la rabia jubilosa de estar vivos…

Yo he venido a protagonizar banquetes
de bestias feroces,
a desvalijarnos bárbaros
cómo cazadores furtivos,

no he venido a Las Vegas
simplemente a desnudarte,

he venido a desvestirte de cualquier
ropaje esquizoide,

no hay nada más lascivo en Las Vegas
que lo que yo he venido a hacerte

y he venido a cubrirte
de inocencia absoluta…


3 comentarios:

  1. Si alguna vez tuviera que definir qué coño es eso del amor, dudo que consiguiera llegar a ser tan exacto como éste poema.

    ResponderEliminar
  2. me gusta Cristina!!!fantástico final. No se como lo haces.Isabel

    ResponderEliminar
  3. Guaaaauuuu!! No me imaginaba que pudieras escribir estas cosas!! Mer encanta

    ResponderEliminar

gules