viernes, 9 de noviembre de 2012

sin perdón


(en realidad esto pertenece ya a tiempo pasado, lo dejo aquí para que no se pierda, y por qué no, para tenerlo en cuenta cuando me posea el espíritu de Buffalo Bill)

No puedo dormir con esas lágrimas goteando encima de mí
(HdS)


Me duele la lengua infecta de rabia,
me escuece la boca sembrada de yagas,
la muda de piel venenosa
que engulle mis dedos
con hambre de balas,
la cobra furiosa
que anida en mis cejas
cuando la impaciencia
me quema no sólo las piernas,
también las entrañas,

¡cómo me araña la culpa esta noche!,
inmensa rapaz de crueldad bífida,
se clava en mi pecho voraz
y desgarra, no sólo el pellejo,
sino la alegría, la magia,
los sueños,
y tengo el corazón pequeño,
encogido de tan temeroso,
epiléptico, hipertenso,
descontrolado, infartado,
a punto de inmolarse,
terrorista,
porque avergonzado,

autómata, unguido,
esquizofrénico,
renqueando en un rincón ajado
los versos más tristes:

decepcion
desmotivación
desilusión
desesperación

¡y yo quisiera arrancarme una a una todas las uñas!
¡y yo quisiera destrozarme los nudillos, todos,
en las paredes del estómago!
quisiera escupirme salmuera a los ojos,
reventar mis tímpanos con explosivos,
enrojecer de dolor,
purgar la pena,
deshidratar todo el miedo que en mí cabe
en un bidón de gasolina,

vomitarme,

arder,
ar-rependita

¡tendría que matarme!

morirme, regresar al polvo,
así,
sólo así,
renacería limpia,
pura
y
digna,

así,
sólo así,
tendría el derecho
a mirarte a los ojos,

y tú en la cara,

y sin avisar,

generoso,

y sin otras palabras,

podría volver a pedirte
no sólo perdón,
también la vida,
podría volver a probar (te)
lo mucho, lo eternamente que te amo,

lo juro,
esta vez,
sin atragantarme.

22 de Octubre de 2012

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