viernes, 10 de febrero de 2012

Pese a febrero

Miras lo que te rodea y es normal que las pulsaciones se me pongan en la garganta, y eso me pasa nada más. Te piensas que a tu alrededor los cimientos son irreductibles, a prueba de bombas, y no, el entorno es tan frágil que da miedo.
Cómo las cosas se pueden romper y lo peor, cómo dejamos que se rompan.
Así no me extraña que la gente se ocupe en advertirnos constantemente si vamos a tropezar o nos vamos a dar la hostia del siglo.

Que quereis que os diga, ¿ya vale, no? Que si, que nadie se libra de equivocarse en esta vida, pero que joder, algunos ponemos más de nuestra parte que otros y es evidente.

Todos los días me cruzo con gente rota, con gente que sufre, con gente resignada, con gente que aguanta lo inaguantable. Me entran ganas de salir corriendo de este puto planeta y llevarme a todas las personas que quiero como diciendo, por favor que no les toque nadie, que no se intoxiquen también ellos, que se mantengan firmes frente al huracán de tristeza que asola el país.

No sé si existe un método infalible pero yo me esfuerzo cada día en perfeccionar el mío,
cuidar lo que amo como a mí misma, saber escuchar, saber comprender, ser tolerante y flexible, y hacerlo con dulzura y con cariño. Que para reproches y malas caras todos tenemos jefes, profesores o cualquier tipo de superior que nos hace la puñeta gratuitamente. A mí me cuesta incluir lo que adoro en mis lutos, me jode ensuciarlo de lágrimas, me asusta pensar que tengo puntos muertos, días vacíos, me asusta mucho y por eso estoy escribiendo hoy este pensamiento.

Hacer las cosas bien es tan sencillo que da vértigo, y sin embargo la humanidad está más devaluada que nunca, yo quiero ser siempre la mujer más humana mundo, sólo eso.

No dejar que nadie especule con mi destino, ni que me afecten las faltas de generosidad del planeta. Que nadie se empeñe en recordarme que el suelo está lleno de accidentes, y que me puedo caer en cualquiera, que ya me cuido yo mucho todos los días de que eso no pase.
Y bueno, que renunciar a eso, no significa ignorarlo, sino darle la importancia en su justa medida. Ya sé lo mal que está todo y lo peor que va a estar, no es que no crea en las predicciones, y además acepto muchos consejos, pero joder, que a veces parece que tienes que darte una buena hostia para agradar al mundo y por fin puedan decirte eso de “te lo dije”

pues no, pese a Febrero (llevo 4 años firmando contratos con las desgracias este mes)
le quiero,
le quiero por encima de toda la amargura que destila este país y su sociedad.
le quiero por encima de los tópicos y hasta del Salvaje Oeste.
le voy a cuidar con mi vida y PARASIEMPRE joda a quien joda.

2 comentarios:

gules