jueves, 15 de diciembre de 2011

Sé tú mi Babel

Bajo los escombros de la vieja Babel,
yace el pasado de cobardías desquiciado,
demasiado pobre para albergar tantos fantasmas,
demasiado vacío cómo para necesitar tantas sombras,

afiladas oquedades conjuran de insomnio el corazón
de mi Perdita,
cuando racionada la noche,
una legión de Julietas se proyecta en las paredes de angustiosas pesadillas,
des-amores infectando de niebla cada uno de estos putos cigarrillos,
poco prendidos para quemar las miasmas,
demasiado agotados para calentarme el alma.

Y yo que no lo entiendo,
porque de verdad
no lo entiendo,
que se me nublen de cadáveres los labios
aunque abatidos,
rendidos bajo el peso de su osamenta
se amontonen en mi pecho los nudos,
en mi garganta alas negras,
yo, Perdita,
tengo en el corazón un depósito de tibias astilladas
moratones y patadas,
y una parte de mi pasado es fea, y está muerta por fea,
pero me pesa mi muerto,
demasiado muerto para ponerle nombre y caras,
imposible desprenderme de él sin acabar conmigo,

egoísta,
yo misma,
pero sin máscaras ni subterfugios ruge Perdita,
dolida,
si no reconozco mi puño
en cada una de las propuestas de amor,
llámalo sexo, no importa,
que escucho, que leo, repaso, que encuentro.
intransigente,
no mala,…
Me toco
y no reconozco mis manos, mi cuerpo,
mi lengua, mi aliento,
demasiado tuyo para llamarlo mío,

y aun así no lo entiendo,
y aún a riesgo de morir, de matar,
de perder,
pero sobretodo de perderte,
me ahoga el miedo de tu ausencia fronteriza
exiliada por la lluvia de rutina,
que humedece de agridulce espera las mañanas sin ti.
Me ahoga, Romeo
este miércoles con disfraz de puto miércoles
dándome al anochecer de este quince sin ti.
demasiado lejos de los domingos bonitos
con que ando repoblandome el corazón de bandida, antes lleno de huesos…

Y ciega de tanta luna,
con el mantra del destino a mi favor,
por fin lo entiendo,
entiendo mis miedos, los tuyos,
perdono a mi pasado, asumo el tuyo:
he dejado de vivir “para”
para empezar a vivir “porque”
porque
sólo tú
eres el hogar a salvo
ante la devastación,
porque
no necesito torre más alta
que tu metro ochenta y cuatro
para
llegar al cielo,

porque lo toco
cuando Te toco

3 comentarios:

  1. "porque
    sólo tú
    eres el hogar a salvo
    ante la devastación"...

    Un besazo, linda

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