sábado, 4 de julio de 2009

Nueva York


He soñado que despertabas otra vez aquí, sabes, me has hecho protagonista de un drama romántico y sin embargo, ahora sólo puedo sentirme un extra, desde que dejé mi Madrid natal he aprendido a amar estas calles con el fervor con el que venero el día en que irrumpiste en mi camino y lo llenaste todo de sueños dorados y felicidad a granel,
De esta ciudad adoro la simpatía de sus gentes, el aire mestizo que impregna cada uno de sus recovecos y los colores que se desdibujan donde empiezan los besos rindiendo tributo al amor desde la libertad de músicas lejanas y escaparates antiguos,
admiro la belleza de los edificios que de puntillas acarician el cielo, desafiando a la gravedad con semblante natural, pero elegante y estudiado,
y me sale una sonrisa cada vez que te pienso en el puente de Brooklyn cuando me pediste que me vistiera como en los años 20 y me encendiste las mejillas con versos de Mario y un colgante de coral... para siempre
El ajetreo de las mañanas que me golpea con la vivacidad de la gran urbe, disfruto del olor de la letra recién impresa que me trae noticias de España, de las cartas que cada semana mamá envía religiosamente contándome que a papá ahora le ha dado por su viejo tren eléctrico, que toda la gente le dice lo preciosa que está mi hermana, que la abuela dice que te cuides, que comas, que te echamos mucho de menos y que viajaremos pronto a verte,
Admito que aún se me humedecen los ojos pero al mismo tiempo me sonrío si les pienso y sé que están bien, que Madrid me esperará siempre...
Cada día aquí es un regalo, la realización del destino ideal, el sueño americano,
recuerdo la primera noche en el hotel Plaza contigo, celebrando el solsticio de verano, nos llamaban soñadores, y tú te empeñaste en enseñarme a volar y derribamos el mito monocromático y entonces me susurraste que el km 0 nacía entre mis piernas, y en fin... fue maravilloso y fue de esta tierra,
celebro la calidez del café en las mañanas que el invierno coloniza mis labios, la simpatía de los taxista que me animan cuando regreso cansada y las cosas no salen a la primera,y ahora, ahora si cierro los ojos revivo con nostalgia los atardeceres en Central Park cuando las horas empezaron a quedarnos pequeñas y el silencio de tus ojos lo decía casi todo, desde los cristales de mi ventana fantaseo con tu vuelta, entonces Nueva York se prestará a los abrazos, brindaremos con cava y entre velas... como en las películas, mientras mi corazón late al compás de tus pestañeos y nuestra risa se funde con los suspiros de un jazz amarillo que flirtea con la luna.

1 comentario:

  1. Baile de palabras, baile de emociones,... una pasada de verdad me llenaste el corazon!

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gules