sábado, 28 de diciembre de 2013

Inocencia



-         Me das tanta sed –
dijo enraizado a las sombras torcidas de los pinares,
una hinchada de bates de de béisbol me hartaba de nervios la médula,
batían mis dudas los focos,
-         la tierra ya fue nuestra antes, -
entendí la sedición del deporte nazionalizada y el fervor
donde tres a cero de vuelta a T.P.,
la voluntad.

Enjugaba la conciencia un cigarrillo tras otro, el humo no era igual,
ocupaba denso todas las veletas,
-         Aunque grites, aquí no te puede escuchar nadie –
apuntó su estilográfica contra mis cuerdas y talló sus filos intransferibles,
duros,
me cubrió de tinta y hasta el fondo me pidió:
-         No escupas –
repasó fratricidas mis contornos con la yema de los cañones,
la calavera de animas y salvas,
la carne de los dogales.
Sembró un campo abierto de minas y accionó las quemas,
me dio un rosario, e instruyéndome se rió:
-         Reza, muñeca… reza-
atentó contra los hitos fronterizos y hostigó los vértices de mi equilibrio,
engrasó el potro, curtió el trapecio hasta fraguar los hierros del vértigo en mi nuca,
me forjaba,

e insurgente me desvistió despacio por si las aspas me aturdían
desde el fin de la segunda guerra el cielo ha sido azul-bmw y yo entiendo de mecánica,
rebatí su orden, sus subversiones,
golpee su lengua
y sangraba,
me puso el tórax en eyección,
velocitó mis manos, mis tobillos también,
me desfrenaron ígneos sus pómulos, sus fusiles hondísimos,
su siniestro parecido a los lobos,
-         Aquí, no nos va a escuchar nadie –

lo dijo suave, casi tierno, por si los muchachos que entonces,
acalló la armería de mi garganta con disparos exactos,
por si la autopista arborizamos sobre la hojarasca entre los silenciadores de la arena húmeda donde las rodillas sin amortiguador, a media tarde, ya las siete,
a fin de batir espacios muertos para armas de fuego rasante nos cavamos perfectos los pliegues,
apostamos cuerpo a cuerpo,
la inocencia.

Y si echamos un pulso con la batería del viejo Mustang,
y rotura el voltaje,
y vemos desvanecerse los amperios,
-         ¿lo harías?
-         ¿te dejarías?

primero, despojamos al purismo, el alma es solo fuego disuasorio,
segundo, brindamos con anticongelante

y acotamos toda norma a esto:

-         Límpiate la cara,

si quieres, puedes gritar -



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gules