jueves, 21 de julio de 2011

Violencia

Del mundo hay poco o nada que temer,
la época exige violencia,
las velas crepitan suavemente sobre el alfeizar de las ventanas,
asistimos a la extinción del planeta
con la indiferencia del corazón aún caliente
que ha sido arrancado del cuerpo del espectador,
y mientras, el cuerpo canta en pandemónium ensordecedor
a una generación rabiosa,
que quiere que ser la última.
Esto es lo que se llama la puesta de escena.
La religión exige violencia,
las guerras de Oriente se escriben en las pieles de los hombres
con tinta indeleble,
al norte,
se encuentran los restos de la casa de fieras,
la necesidad imperiosa de despedazarnos nos ha vuelto temerarios,
la necesidad de fé, nos ha vuelto ateos irreversibles,
sobre nuestros dogmas se cierra la jungla,
crujen nuestros huesos,
silencian las palabras…
Parece simplemente natural,
buscamos comernos mutuamente las entrañas,
buscamos belleza en nuestra tragedia privada,
buscamos nuestra prueba nuclear.
Nuestra Hiroshima.
Esto es lo que se llama el asedio del Génesis.

La literatura exige violencia,
triunfar deprisa,
busca agitar el mundo,
la detonación definitiva que descentre el meridiano hasta los polos,
la justificación del sentido,
si es que alguna vez lo tuvo,
el diluvio de personas que nos hemos inventado para interpretarnos
carga contra nuestras plumas,
no nos damos cuenta pero
nosotros somos sus personajes,
dónde la poesía es un espejo sin fondo
en el que caben todos los incendios,
una y otra vez somos culpables del mismo crimen:
ignorar que la imaginación lo es todo,
en la imaginación hay dolor y lucha
alegría y exhuberancia,
guerra y paz,
¡malditos los cobardes que no caminan contra el tiempo!
¡malditos los cadáveres que alimentan los bolsillos de telarañas!
¡malditos los poetas que no escriben canciones de amor!
Malditos todos, que se conforman con un mundo hostil
atestado de fantasmas tristes.
Esto es lo que se llama el naufragio de la dulzura.

El sexo exige violencia,
nadie conoce los ríos que manan por nuestro sudor
cuando nos damos la mano,
sonríe,
y podría atravesar media Asia de un salto,
las katanas de mil samurais se forjan entre sus hombros de poeta dragón,
me invita a agotar el siglo sin más guía que el instinto,
quiero enloquecer entre las escamas
que separan los mares y continentes que le habitan.
El universo se reduce a una legión de centellas
que va seguida de un incendio,
que va seguida de un batalla,
que va seguida de una victoria,
… se requiere etiqueta.
Siento vida, siento mentes, locuacidad,
asfixia, prehistoria, quimérica,
siento hambre de sentir todo,
y si vivir es lo supremo, me convertiré en caníbal.
Esto es lo que se llama supervivencia,

Y si la época es violencia
y la religión es violencia,
si la literatura es violencia
si es la poesía violencia,
si además lo es el sexo
y la anarquía es violencia,
si la imaginación es violencia
y esta noche es violenta,
que el dragón sea el tamiz que filtre
mi época, mi religión, ,mi literatura,
mi poesía, mi sexo, mi anarquía…
Que en esta noche violenta
olvidemos que convivimos con la barbarie
(al menos hasta que amanezca)

BUKOWSKI CLUB
::Jam Session, 20 de Julio::

2 comentarios:

  1. Buenísimo niña...

    Me he emocionado...sigues teniendo algunos versos magníficos...algunos versos que merecen ser retenidos en el pecho y luego saboreados.

    Qué bien...cómo me alegro.

    Felices vacaciones y un beso grande.

    ResponderEliminar
  2. Dios mío estoy flipando muchísimo. Para mí, el mejor después de Confesión
    (Soy Jero)

    ResponderEliminar

gules