jueves, 1 de agosto de 2013

Madre


ya no os necesito mujeres de este mundo (...)
que tengo a la Diosa
(Victor Sierra)


Tamiz de miedos que torna aliento
el temor a fracasarme,
besarte es un acto reflejo de mi clavícula
que amansa los escombros del café temprano
si pienso en la magia negra
que tras el biombo la vida acecha.

Quiero hacer inmortal tu piel,
la más dorsal de mis espinas,
aprender a no romperme
a veces me cuesta tanto…
Y mi fiereza volcánica
pasado es Alisio dócil,
me asusta que me conozcas
y no te guste,
no te puedes ir,
te digo,
yo sólo se ser niña
y tan tuya.

Amazona atemporal,
mi yo, mi vuelta a casa,
nido que a vientre acuna
la alquimia milenaria de la especie,
el más cardinal entre los puntos,
savia que siempre asciende,
mina de talismanes,
la última de las Petrarcas,
la Sismográfica,

para mí refugio,
por mi aspirina de color hada,
mi libación, mi Egipto, mi Normandía,
la prueba de ingeniería corporal más exitosa,
la movediza, la tibia y la dorada,
la que anuda el pelo a las ventiscas,
la que no entiende porqué Alabama
la que me hago grande en tus ojos,

por la que no os necesito mujeres de este mundo,
bohemias, Judy Garlands,
tecno-granjeras de Arkansas,
por la que os cambiaría cien vidas,
odontólogas,
poetas,

la más real Diosa y Pangea,
la verdadera entre las Olimpias,
la creadora,
la más mujer
la primera,
la segunda
la diez y todas

la Madre,


la mía. 




Libro de los Hipógrifos, capítulo 2º
(5 de Mayo o algo parecido)

No hay comentarios:

Publicar un comentario

gules