miércoles, 12 de enero de 2011

Las cuchillas respondían desde cada motel
que fuimos dejando atrás,
California, Missouri,
soñamos con falsa libertad
entre cerveza y besos cortados,
podríamos haber sido felices
o podríamos habernos matado,
cualquiera de las dos me habría valido,
presos de una partida salvaje
de amor y violencia al 75%
¡Sólo se trataba de ver
cuantos arañazos caven en un cuerpo!
Cuántas veces pueden cicatrizar las rodillas
después de tropezar con el destierro
de los ojos cerrados,
cuántas mañanas de humo y gasolina
después de cada motín de ropa
y piel protestando,
que acababan en desastres nucleares
a dos palmos de espalda contrapuestas,
... podríamos habernos fugado sin pagar
o podrías haber liado unos porros
pa´ después,
cualquiera podría haber sido idea mía,
y ya no vuelves.

De cara al retrovisor,
la realidad se ve cada vez más lejana,
y los labios más rojos,
la chica gótica no piensa morirse ya por nadie,
ni va a coronarse con el triunfo del suicidio
no va a dejar ninguna nota en la nevera,
ni va a esperar a Primavera,
no va a tener con Micky Knox un idilio
ni va a rimar el resto del poema,
¿es día de culto a los juguetes?
mi respuesta es si,
desde ese momento no he soltado el látigo
de domar al miedo
y es entonces que la noción de Libertad
arde dentro de mí,
un destello del paraíso
en la misma boca del infierno:
qué fuerte puede ser el amor
cuando sólo se tiene una décima de segundo
para alimentarlo…
qué marabunta de emociones volver a ver
tu sonrisa corrompida de rubia y olvido
detrás de tu Canon EOS 550D
en los campos de girasoles de Kansas City,
qué oscuros tus vaqueros rendidos al calibre
de cinco cartuchos vaciados en tu pecho,
y el temblor de estas manos
que sólo saben amar
a quemarropa…

Y ahora de vuelta a Texas,
la bandana negra vuelve a ser de rigor
y el rugido de la multitud
suena a
Strangers de los Guns
errante y solitaria,
por momentos retrocede el caos…
y el alma se aprieta
al pedal como si no fuera
sensible al viento,
y el viejo Colt Python
se mece en el muslo,
oigo su risa amartillada,
subsónica,
quizás víctima del tiempo,
desquiciada, como una cadencia
de cañerías y música antigua
… me ajusto el ligero
para repostar,

- Señorita, todas las heridas que reciba sanarán. Va enserio, eres una diosa -
- Y la diosa tiene sed –


(1352 millas hasta L.A)

La mataré .::Loquillo::.

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