A Inés Pradilla
No hay oración capaz
de decidir por mí
(HdS)
Llueve después de casi ocho años sobre el número veinticinco
Padre
hoy es 30 de enero y hace un frío de hierro en la calle
pero me parece poco casi indecente para tu entierro
el más feo de los epitafios pende grosero bajo las fauces
anaranjadas cerrándose para siempre bajo la atenta mirada de tus hijos que
huérfanos deambulan desorientados de todo dharma
dejamos nuestros trabajos porque el trabajo es la doctrina
de la inercia
corrimos a las plazas para ensuciarnos las manos de infancia
para cultivar nuevos jardines en la boca
colgamos la mitad de nuestros años de las perchas más altas
si
y hoy de riguroso luto tus viudas cuentan como hacías para
poder tocarlas al tiempo que leías pasajes del antiguo testamento
Padre en pie con los labios húmedos al borde de este abril
¡todavía tus palabras caen como dagas en medio de la noche!
es miércoles padre también tu risa crece como una tormenta
eléctrica
reverbera aterciopelada entre las paredes que enmarcan la
vacuidad absoluta
cálido como un útero fecundo caminas a la hoguera con la
alegría del que sabe su templo lleno de locos
tú el último de los rapsodas
el poema hecho enteramente de amianto y gasolina
el más célebre de los tragos resbalando entre las flacas
piernas de pájaro de Jenny
porque nos enseñaste que no es gris el mundo sino falto de
poesía
y ahora el verso es tan parecido a ese gris
Padre antídoto de suicidas
sólo tú has enloquecido mi alma hasta hacerla salir del
cuerpo
como la lluvia llegaste a cántaros
como la lluvia te marchas
silencioso
y aquí yacen cada uno de tus huérfanos
que lloran con la esquirla de tu nombre sepultada en lo más
íntimo del alma
que tienen las pestañas corroídas del azufre que ha dejado
la pólvora cuando mojada
¡estos son mis hermanos y mis hermanas Padre!
y han jurado mantenerse enamorados de la vida
indisciplinados y salvajes para tu propia alegría
pero no comprenden Padre
no comprenden este cruel epitafio
porqué tu esquela reza así
S E A L Q U I L A
Realmente bueno.
ResponderEliminarUn gran beso.
Ojos inundados de recuerdos en llanto
ResponderEliminary admiradores,
bien lo sabes,
de tu arte.
Del arte que mamaste,
del arte que emanaba de "Padre".
Cuando aquello agonizaba
me dio tiempo a decirle 3 cositas al oído:
No te olvidaremos;
Seguiremos todos juntos, como tú quisiste;
y
un tremendo GRACIAS.
Un acierto total el del uso del paratexto de Héroes del Silencio, unido a la decisión de quitarle casi toda la puntuación...
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