miércoles, 31 de agosto de 2011

Última noche en la tierra

Pierden los minutos con sus porqués y sus reproches
cuándo juegan a comparar felicidades,
pierden la cordura y la cabeza entre líneas
que se disponen por encima de sus lenguajes,
pierden los días y las noches frente al espejo de Blancanieves
cuándo buscan reafirmar sus miedos
y este les responde: declive.

Pierden los papeles y el tiempo
en la cruzada contra la marea de emociones
que sube cada vez
que una bomba de dopamina destella en el retrovisor
y se dibuja en su rostro
la ineludible propuesta
del desahucio de la ropa
y los buenos modales se inmolan.

Pierden cada vez que no entienden
que al ring siempre sube a ganar todos y cada uno de los asaltos,

han acumulado tantos golpes, que defienden las heridas,
han definido la victoria cómo ese punto que existe
cuándo estás dispuesto a saborear
a qué sabe tu propia caída,
ellos,
los otros.

Pierden la palabra y el respeto
porque no entienden lo bien que lo hacemos juntos
cada vez que me revientas de amor los isquion
y me desclavas el ancla
que tengo amarrada a mi pecho de izquierdas,
bajo las costillas,
que no entienden lo bien que se nos da eso de descolocarnos los órganos
y que le lata igual la polla que el corazón.
y que me pongan igual sus caricias que sus dientes.

Que no entienden que mi país es su geografía de mundo ideal.
Que no lo entienden,
porque saben
que yo no comprendo el futuro del planeta sin el diluvio de besos,
ni la bandera de la paz sin la guerra en las trincheras del acantilado de sus caderas
ni el esqueleto del universo sin sus huesos,

y ellos pierden,

sus guiones, sus esquemas,
sus composiciones, pierden,
cuándo le quiero en rap y me improvisa jazz,
cuándo le siento funk y me baila un rock,
cuándo me escribe blues
en vez de un vals,
cuándo le pido hard
y Él se pone punk,
se me escurre el top,
se desboca el beat,
me hipnotiza el break
me devuelve el swing,
se me acaba el flow…

y pierden ellos,

que no estaban cuando se desató la última noche en la tierra,
lejos de Madriz,
con el precinto en los labios rezando:
Frágil,
con el ansia contenida en los nudillos,

y siempre pierden,
los que no entendían que no hay música
que iguale el agua contra su piel mojada,
que no hay sombra que cubra la luz de su sonrisa,
ni tiempo pasado mejor
que un sábado, veintitrés de julio, Muras, Galicia,

que no estaban ellos,
que perdían,
y allí,
las campanas se tensaron
haciendo de las esquinas de la cama
el cuadrilátero dónde empecé a darme cuenta
que me estaba enamorando…

Y el cabecero amortiguaba el combate
que acababa con el derribo de la incredulidad
a golpes de puños desnudos sobre la lona de sábanas,
los tontos perdían,
knock-out,

ellos,
qué habían reído tan poco que defendían las lágrimas,
qué no entendían la poesía y reclamaban la prosa.

Ganaba yo,
por él,
el guapo,
el chulo,
el blogger,
él, corazón,
él, poesía,
él, patria,
mi jazz, mi blues,
mi swing, mi punk,
mi vals, mi rock

mi Soul

lunes, 22 de agosto de 2011

Palestina (poemas antiguos)

Ojeando el foro voy encontrando cosillas que creía perdidas o tenía olvidadas, iré subiendo algunas poco a poco. Esto lo escribí en enero de 2009, para un recital que organizó Gsús Bonilla en el Bukowski Club, "Poesía contra la barbarie", que se celebró de manera simultánea en varios puntos de España, y bueno lo cuelgo aqui, porque la poesía social no es lo mío y este poema fue mi único intento.

Sangra Palestina y el suelo se empapa de agonía y ángeles vírgenes,
sangra miseria y el hambre desnuda aúlla consumiendo rastrojos de piel, despojos,
sangra y se retuerce la vida amordazada de pies descalzos,
sangra y las bombas sentencian la condena de los inocentes

y las madres acunan a sus hijos con silbidos de esperanza,
y los besan y rezan por un alba blanca sin horrores ni matanzas

...y duele

sangra Palestina y arden imperecederos los derechos humanos que se prostituyen entre llamas
sangra en triste orgía de fantasmas y metralla,
sangra y se acurruca el dolor en las camillas de hospitales furtivos,
sangra y la sangre okupa, resiste y no se arrodilla

y se comercia con la derrota y las reservas de alma
y los náufragos, que jamás han tenido un navío se ahogan en cañerías concurridas de soledad y vacío

...y duele

sangra Palestina y el verdugo besa con carmín su frente,
sangra y la puesta de sol se tiñe en llamas,
sangra porque el genocidio está presente,
sangre y la lacra de la sociedad se extiende: religión + poder = muerte

¿y si Dios existe? ... comunica como siempre,
¿y si apostamos la vida? ... la perdemos en las fauces de suerte
y ya sabes, unos bien y otros bien jodidos
...y joder si duele

sangra Palestina mientras la inocencia cotiza ferozmente en el mercado de valores,
sangran las manos manchadas del vicio mortal de todopoderosos y especuladores,
sangra y el infierno se muda a Gaza,
sangra y jaque mate, pierden blancas (la peor parte siempre le toca a los más pobres...)

y estamos hartos de rencor y religión
y no admitimos más tapices que los besos (ni pieles, ni huesos)

...y duele

sangra Palestina, y pienso que las mujeres sólo tendrían que gemir en el clímax,
sangra porque con dos años no sabrán lo que es la escuela, ni se van a reír cantando, ni jugando a la
rayuela...
sangra y los padres lloran sin poder besar a sus hijos, sin poder versear sobre paz

y se va agotando la vida debatiéndose entre la sístole y la diástole
y toman el último suspiro para amar la tierra que les vio crecer

...y esto tiene que doler

sangra Palestina en campos cubiertos de flores de muerte,
sangran amapolas, quejios y partituras de guerras de Oriente

y yo,
que quería escribir poesía
lloro rabia tras del biombo de Occidente

sal de donde estés,
sangra Palestina
y la sangre también salpica nuestras mentes

...y duele

jueves, 11 de agosto de 2011

Dulce California, ::cortesía de Patricia Marugán (Amiga y Hada de cuento)::

El susurro de la hojarasca fresca en un amanecer otoñal me despertó. Había transgredido la barrera impuesta por el silencio y buscaba la manera de ocupar su lugar en el mundo. Me recordó a mí misma. Me gustaba soñar e idealizar la vida de forma paralela a la realidad en la que estaba inmersa. Aún creía con esa exacerbada inocencia de niña mimada que existían los cuentos de hadas, los finales felices, los sapos metamorfoseados en bellos príncipes, los lugares paradisíacos y las tardes eternas de juegos en el parque con mis por aquel entonces amigos. Qué duro es hacerse mayor y cambiar el cristal a través del cual observamos la vida. Darse cuenta de que la felicidad reside en momentos efímeros y se puede administrar por medio de pastillas antidepresivas. He decidido ser la excepción y establecer los cimientos de mi vida siendo niña en un mundo de adultos.

Y un utópico Noviembre Dulce da paso al inexorable invierno, en el que un cúmulo de emociones cristalizadas conforman una fría bola de hielo que alberga demasiados sentimientos hirientes. 03.15. Llego a casa... Desmantelo la esencia de mi ser de cara a la ventana y supongo que con música el letargo no será eterno. Acaba el vinilo. Silencio.

20 olvidadas primaveras se refugian en la calle Desengaño. Los límites entre la cordura y la insensatez a veces me juegan malas pasadas. No obstante, no le doy excesiva importancia. Decido ser pasional y pintarme los labios de rojo. Bailar un blues a tu salud y desfasar la noche entera.
Acabo jodidamente sola. Nunca he visto deslumbrar al Retiro con tan majestuosa belleza.

Junio. Una visión panorámica de mi mesilla muestra prozacs cerrados, litros de alcohol desperdiciados y una sobredosis de energía intensa. Me voy a vivir a la dulce California porque hoy pienso en playa, en veranos inolvidables, en surf con swing y por fin en mí misma. Quiero ser Pretty Woman a tu lado. Empezar de cero la ruta 66 de la que me habló una buena amiga...

::Bukowski Club::
-Jam Session-
10 de Agosto de 2011
(Quiero hacerme un año entero con el verano en Malasaña)

miércoles, 10 de agosto de 2011

El domador de relojes

Los columpios del parque
han dejado de entender el mañana
como un instrumento de moderación social,
parece imposible que hasta ahora
yo tampoco me lo hubiese planteado,
es como si le hubiesen estirado las manecillas
a los relojes del futuro
y los hubiesen llenado de arena
para no volver a darlos la vuelta,

el tiempo está encallado
entre la yerba y el tabaco liado
que separa el nuevo “nos-“
del viejo y desusado “-otros”
y amenaza con explotar
cada vez que encendido el peta
se dibuja entre nosotros
una pira de tesoros y deseos
que propone un nuevo incendio
dónde coleccionar quemaduras de primer grado.

La vía láctea ha reeducado sus manías
y las estrellas que tiritan
desde que el mundo es mundo,
parpadean y okupan constelaciones vecinas
en una manifestación libertaria
convocada ahí arriba:

Una asamblea astrológica
declara el verano, estación universal
y reduce todo lo demás a esporádico, banal,
irrelevante.

Abajo esto se resume a la permanente resaca
de la fiesta de su cuerpo,
que padezco de manera crónica.

Desde que los días de la semana se suceden en poesías,
y las semanas cuelgan del calendario
de su boca,
el cosmos cabe en un suspiro de 17 metros cuadrados
que se despliega a cada instante
como una página en blanco
para escribir en ella
una historia nueva
dónde el deseo obtiene de la piel
las respuestas en las que el corazón sabe
comunicarse y extenderse.

Dos caladas después,
aparecen esculturas,
y sus abrazos se antojan el verdadero Renacimiento,
que ya hubiese querido Miguel Ángel,

el arte de todo ese siglo
me parece una mentira
para justificar el anhelo de algo perdido,
y con el permiso de tantas y tantas galerías,
los instantes anteriores
se reducen a intentos
comparados con sus manos
cuando me pone en pie las entrañas
y después me desenreda el pelo,

las primeras raíces del arte
hace tiempo que están carcomidas
desde que no creo en más imposibles
capaces de estremecerme
hasta los cimientos de mi propia cultura clásica:
su boca.

Por eso no entiendo más ciencia
que su risa,
más magia que su risa,
más arte que su risa,
más superstición que todo el manantial intravenoso
que le hace latir
y brota garganta a través,
que escupe risa,
que talla risa,

por eso
que no hay ayeres ni mañanas,
que puedan explicar nada

Más allá de estos versos,
no hay ni deudas, ni dudas,
ni nada que no sea inercia,
instinto, certeza
de que hace días, pocos,
pero los suficientes,
haya perdido el miedo,
al espacio,
al tiempo,
a la historia,
y me haya echo un vestido de manecillas
y volantes
pa enseñarle los colmillos
que me has endulzao con besos,
al tonto del destino,

que desde que has hecho todo esto
de desinventar el tiempo
no sé si eres poeta,
marciano,
habitante de otro planeta,
mitad-humano, mitología,
murciélago, arqueología,
antropófago,
liturgia,
energía,
si es que vienes de otra estancia,

no sé si es que serás mago,
pero a veces,
lo juro,
a veces te siento MAGIA

miércoles, 3 de agosto de 2011

no es casualidad que suelo rime con cielo

Chica del sombrero, está lloviendo,
va siendo hora de que te mojes
(Taylor DURDEN a Kaotica)

¿Qué más da que todos esos lugares
no sean para nosotros?
¿Qué importa si esa noche regalaban sonetos
en los bares con cada ración de insomnio
por cada cigarro consumido?

Entonces, los poetas
intentaba acercar todas esas sensaciones
para las que el lenguaje no está preparado,
y pensé que sus aullidos eran el mejor
de los intentos de hacerle escuchar al mundo
bocanadas de un blues desordenado
que acerca el Olimpo un poco más
a esta tierra,
porque aullar es la única forma,
de salvar a los débiles del mundo,
y al mundo de los débiles,
todo eso del lado en el que estamos
se volvió deuda esa noche,
de vuelta a casa pensaba
que tal vez,
que quizás
que ojalá
que algún día,
que entonces vivía en estado de entrelíneas,
de groupie literaria, le dije,
y las rondas de cerveza empezaron a crecer
como la espuma
entre sus ojos y los míos,
eso éramos, solo dos reflejos de nuestras caras esas,
reconociéndose,
y bien peinadas,
con una sonrisa de estreno Hollywood,

esa noche, él era todas las estrellas yankees
con las que me había masturbado,

y me paralizó otra vez
que tal vez
que quizá
que ojalá
que algún día
que casualidad que entonces desaparecieron los límites
y todo lo de antes se convirtió en el pasadizo
de una historia en semirrecta
con vistas al infinito.

Desde entonces tengo las rodillas
solladas de tanto amor que me pides

Hemingway, Bukowski y Miller serían anónimos
si él se hubiera bebido sus cervezas

Morrison, Cobain y Curtis serían anónimos
si hubiera optado por la autodestrucción

pero no eres perfecto,
eres eso tan ideal
de lo que todos hablan
y yo conozco,

eres esos 21 gramos
que desordenan la vida
en una sobredosis
de sonrisas azules

y eres toda esa pólvora
que incendia versos
para iluminar las paredes rojas
de este bar,

eres un adicto a la vida
que salpica de galaxias
las 7 letras que te definen,

eso, que hace que me ría
de cómo patina el resto
sobre la superficie de la esfera esa
tratando de llegar al centro
cuando ni siquiera pueden
concebir la tercera dimensión,

todo eso que dicen de que los genios
han salido de las lámparas
es un cuento Disney
que nos ha limitado a tres deseos,

esos límites, que tú no tienes
porque eres eso que aúlla por encima,
que crea y crece,
que folla y llora,
que quema y siente,
que engancha y gana,
desnuda y viste,
que araña y muerde,
escribe, embiste,
que besa y ama,

eres eso que alimenta la leyenda
de que hace 25 años
que Dios existe