lunes, 7 de mayo de 2012
Antes de tiempo
Se estaba cayendo
y cómo me costaba a mí
levantarla,
cómo me costaban sus ojos
de catástrofes colmados,
y fecha de caducidad.
Devastada la carne trémula
se caía,
se quedaba en espectral recuerdo,
se perdía en risas psicofónicas.
¿Qué si no la fosilizada imagen
si sólo el hollín
de sus nudillos?
¿Qué mi cara cansada,
tiznada ahora
de escalofríos?
Se iba cayendo.
Pausada,
mientras dosificaba
automática
qué receta
frente a la inútil
falta de mi templanza.
Se caía,
cuándo me daba
otra bofetada
de crueles
cogniciones,
o tres patadas
de amarga
indiferencia.
Me hace sentir
de pena,
renuncio
a estar desaprovechada,
no me quedan
más paracaídas
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gules