Primavera en tu jardín
de cerezos sembrada,
Occidente se quiebra
sin entender
este derroche
de piel
de yukatas desnudas.
Y entre tú yo
no hay botones,
entre tú yo
no hay regalos caros
no hay calendarios,
ni índices económicos.
No les gusta.
Así que nosotros,
ángeles devenidos a bestias,
vámonos de mundo en mundo.
Mientras la humanidad
se rompe
vamos a celebrar solsticios
en medio de la pandemia.
Que no quiero
yo su frío,
ahora que tengo
una jauría de grillos
gozosos
en el útero,
y por cada vez que floreces,
siento
como todos los mares de China
se - me
de r r ( a m a n )...
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gules